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jueves, 29 de marzo de 2012

Antes de irme a la manifestación y después de un mes de huelga creativa

Relato basado en una imagen para Cuentosymascuentos escrito tres meses después de la convocatoria

FAMILIA OSO

A los papás les encantaban los osos, así que durante el embarazo decoraron con este motivo la que iba a ser mi habitación; es decir, en mis sabanitas, en mi cuna, en mi ropita, en la cenefa de las paredes, las cortinas, los cuentos... en todo, todo, todo aparecían dibujos de ositos. Tal era y es su amor hacia estos animales que, desde el día en el que nací, ella me plantó un disfraz de este animal y solo me lo quita para alargar los bajos del pantalón y el largo de las mangas cuando me quedan cortos. De momento, como mi cabeza cabe en la cabeza postiza de oso, continúo con ella. La única pega es que, para leer, el hueco de los ojos es tan pequeño que le he pedido a papá que me la deje quitar de vez en cuando, pero su respuesta ha sido traerme una lupa, con el dibujo de un oso en el mango. No saben lo importantes que son los libros que llenan las estanterías; me ayudan a soñar, a imaginar la ciudad en la que vivo y que todavía no conozco y acompañan mi soledad, como únicos amigos.
Un día tras otro, el tiempo ha pasado en una repetición de actos milimétricos, hasta que hoy mi madre ha colgado en mi armario un disfraz pequeñito de oso y ha dicho que pronto me acompañará el hermano que ha nacido hace poco. Me ha dado tanta rabia que la he destrozado con las garras que he ido fabricando con algunos de los cuchillos que me han traído con las comidas. Después de esto he salido de mi cuarto, he buscado al bebé, lo he vestido con su disfraz, lo he metido en mi habitación  y me he puesto, encima de mi piel de oso, un traje de mi padre.
En este momento estoy aquí, mirando por la ventana, mientras espero a que llegue él para encerrarlo, junto a mi hermano, y hacer realidad los cuentos de mi infancia y ser yo, Papá Oso, quien, a partir de ahora, por fin, mande en casa.

11 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

Ana, un relato que lanza varios mensajes en mi forma de ver. Uno de ellos es esa obsesión que tienen muchos padres, ya desde el nacimiento, de dirigir la vida de los niños. Tú oso, porque yo lo digo. Otro mensaje importante con el que me quedo, es la importancia de los libros y su capacidad para hacernos soñar. Además de toda la cultura que nos aportan.

Me gustó este micro y volverte a leer. Espero que no retardes tanto tus publicaciones.

Bessets.

TORO SALVAJE dijo...

Oye da miedo.
La gente está muy mal.
Va a ser que si.

Besos.

Sergio DS dijo...

Todas las pesadillas y debilidades humanas en un disfraz de oso como indumentaria.

Un abrazo pero no de oso, que son muy traicioneros.

Cabopá dijo...

Es muy bueno, los osos que de peluche parecen amorosos, si se humanizan pueden ser crueles, como los padres, siempre a veces....

Besicos

CDG dijo...

Dentro de ese difraz te ha cabido todo un mapa humano, con todo lo que tiene de bueno y malo.
Besos.

Gala dijo...

Madre mia! me dió un escalofrio al leerlo.
Y es que yo no entenderé nunca la mania esta de algunos padres en amargar la existencia de sus hijos, permitiéndoles hacer sólo lo que ellos consideran, "con tal de que no se pierdan por las malas sendas"
Los niños deben improvisar, para construir y descubrir su esencia...
Hay que dejarles ser, equivocarse para que al final del camino sean ellos y no un calco de lo que los padres quieren que sea, o lo que es peor... que cubra sus frustraciones.

Que alegria volver a leerte Ana.

Me encanta tu vuelta.

Besitos mediterráneos.

Elysa dijo...

Por algún extraño motivo que soy incapaz de entender no se actualiza tu blog. He llegado hasta aquí por tu comentario, ¡menos mal! Me hubiera perdido esta familia oso, qué sí, me pone los pelos de punta, a fuerza de ocultarlo bajo el disfraz y de soledad han creado un monstruo.

Besitos

LA ZARZAMORA dijo...

Terroríficas pesadillas son las que llegamos a inducir en estas pequeñas mentes.
Siempre me dieron cierto repelús todos esos ositos de peluche...

Besos, Ana.

Qué bueno tenerte de vuelta.

sra. dijo...

Qué miedo! qué giro al final! Mdre mía... cuántas familias oso ha de haber por ahí...

Un besito, reina.

Rosa dijo...

Terrorífica historia Ana, con muchas lecturas. Me ha encantado leerla aunque tarde.

Besos desde el aire

Anita Dinamita dijo...

Pfff, suscribo el comentario tan acertado de Nicolás. Lo único que me choca es lo de los libros ¿no debería leer solamente libros de osos?
Ricitos de oro y cositas así... ay, pobres niños, qué les hacemos!!!
Besazos