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martes, 10 de abril de 2012

Deseo Anónimo

A Rocío, Rafaela y Gema

El sol entorna mis ojos y el horizonte se reduce a sus pechos. Del rosado de sus pubis, al tostado de sus pezones, mi mirada se desliza por sus cuerpos, mecida por una gama de colores. Mi lengua saborea en la distancia el salitre de sus pieles, y mi dedo zigzaguea por la sombra de sus curvas, que el sol dibuja en la arena. En cada uno de mis poros siento el deseo imaginado de las tres y mi corazón se concentra en un único e intenso latido del eje diminuto de mi cuerpo.
El cante de una voz humedecida por el rocío y un murmullo con sordina de tonalidades rafaelistas, al amparo de la gema del sol, el rubí del atardecer, me compañan al regreso de mi ensoñación y dejo que la mar refresque la temperatura de mi sueño y sonrío satisfecha por su inocente ignorancia de mi deseo...


Este es el relato original pero si queréis escuchar otra versión leída por La Voz Silenciosa pinchar aquí