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lunes, 9 de diciembre de 2013

Adiós




Egon Schiele

Si me hubieras dicho ven…

Dices que te gusta tenerme ensartadita y me lo creo porque, por mas que muevo las manos, los brazos, las piernas, no consigo alejarme de ti. Estás tan dentro de mí que mi cuerpo ha dejado de pertenecerme y solo obedece a tus deseos. Cogiéndome de las caderas, dibujas con ellas círculos sobre tu pubis, provocando que a nuestro alrededor todo giré y giré. No puedo centrar la mirada en ningún punto y dejo libres los ojos, que miran a un lado y a otro, mientras una placentera sensación brota del punto mas cercano a tu piel. Siguiendo la inercia causada por tus manos mi cuerpo dibuja pequeñas eses, al mismo ritmo que nuestras respiraciones aumentan de intensidad. Una intensidad silenciosa, como tú, como yo; nadie diría que te gusta, nadie sabrá lo mucho que disfruto. Aunque decides hacia dónde vamos, mis labios han conseguido acercarse a los tuyos y los besan suavecito, con una ligera caricia, hasta que respondes, contigo tu lengua, que metes en mi boca, mezclando tu saliva con la mía salada, dulce, dulce, salada y dejamos pasar el tiempo como si nuestras lenguas estuvieran en medio de un vals. No has dejado de mirarme un minuto y, aunque ya no te queda nada de mí por besar, me avergüenzo. No es una vergüenza por lo que tú haces, repítelo tantas veces como quieras, pero sí por mí, porque no me atrevo a morderte, a comerte, a acariciarte, a pesar de quererlo, de quererte. Las horas pasan con tus dedos jugueteando, con las yemas de los míos entreteniéndose en tu pecho, tus brazos. Ahora, abrázame. Abrázame y miénteme. Abrázame y miénteme al decirme que las horas se convertirán en días, que no nos separarán.  Pero no quieres, entonces me hablas de ti, de mí, de los dos,  y ya no somos uno.  Me observas mientras me visto, callado, serio, con la despedida escrita en tu cara. Te miro y lo único que acierto a decirte es un simple adiós, y me voy, lo hago llevándome tu olor como único recuerdo de este instante: fugaz,  apasionado e inolvidablemente doloroso.

…, tal vez, lo hubiera dejado todo.