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martes, 11 de marzo de 2014

Deberes para la Universidad

Como es mi costumbre, no escribo si no es bajo presión. Y qué mejor que la que siento en el taller que he empezado en la Universidad.




Celebración

Qué casualidad. En la pista de baile sonaba una de sus canciones preferidas. ¿Cuántos años habían pasado sin que la hubiera vuelto a escuchar? ¿Veinticinco? Mientras se dejaba llevar por los recuerdos, al mismo ritmo que hacía girar los hielos en su copa, del otro lado de la sala una mujer, pequeña, con el pelo a lo garçon, y unas curvas que provocaron el deseo de unos cuantos hombres y mujeres, que la acompañaron, con la mirada, hasta que ella se detuvo en el centro de la pista y comenzó a balancear sus brazos, su cabeza, los volantes de su falda, siguiendo  la música. En ese instante, él levantó los ojos  y los dirigió hacia esa figura que lo hipnotizó, obligándole a levantarse y a acercarse paso a paso, con movimientos lentos, tímidos, hasta que, tan solo, los separaron unos centímetros. Le ofreció su mano y aunque ella, en un primer momento, lo rechazó, el hombre insistió, mostrándole su mejor sonrisa. Juntaron sus cuerpos, se fundieron en uno y durante los tres minutos que duró la canción, no existió para ellos nadie más. Pero cuando el último acorde dejó de sonar,  la mujer se separó de él y se marchó; sin darle tiempo a preguntarle cómo se llamaba, cómo podría localizarla. Desilusionado, abandonó el local y se dirigió hacia su casa, soñando con la noche apasionada que podría haber disfrutado y que había dejado escapar. Llegó al portal, comenzó a subir las escaleras y a medida que iba llegando a su piso, oyó cómo su mujer repetía, con un excelente acento francés, las frases que una voz masculina repetía en la cinta de casete.  Abrió la puerta, dejó las llaves en el mueble de la entrada, se dirigió hacia el fondo del pasillo y al entrar en su dormitorio y verla, recostada en la cama, ocupando tan poco espacio, lo único que pudo decir, mientras una alegría inmensa lo invadía fue —Siempre fuiste más rápida que yo—.