La bala, en la sien, la vista; el veneno en la boca, el gusto; los dedos en el enchufe, el tacto; el escape de gas, el olfato y el tic tac de una bomba, el oído. Cada uno lo he visto, saboreado, acariciado, olido y oído. Cinco víctimas, cinco sentidos.
Si no voy al teatro, me muero. Si no voy al cine, me muero. Si no leo un libro, me muero. Si no veo una exposición, me muero. Me muero sin la cultura. Me matan sin la cultura. Me callan sin la cultura. Me callan con los deportes. Me embalsaman con un pisito. Me embalsaman con el colegio privado. Me embalsaman con las relaciones sociales. Y al final, me embalsaman con lo que me gano, pero, no, con lo que me merezco. Adios cultura. Adios criterio. Bienvenido don Dinero.
1 comentario:
¡¡¡Por fin!!! Ana te has decidido. Ahora a escribir y a escribir. Si me lo permites te enlazo para poder estar al tanto de tus relatos cuando los vayas publicando.
Este relato es macabro pero lleno de sentidos.
Me gustó.
Un beso y un abrazo.
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