Tumbada al borde del mar el viento refresca mi piel. El pareo va dejando al descubierto mis muslos, los separo; mi ombligo, alguien lo besa; mis pechos, el aire cálido los acaricia. Susurra palabras de amor en mi oído y mis labios, hambrientos, buscan su boca. El salitre condimenta su sabor. Mi cuerpo se diluye en el suyo. Unas voces que se acercan rompen el hechizo. Quiero verle la cara pero la luz cegadora lo transforma en una sombra que huye hacia las dunas. Las olas borran su rastro y solo queda el recuerdo de una pasión, con el nombre y el rostro que aparezca en mis sueños.
Si no voy al teatro, me muero. Si no voy al cine, me muero. Si no leo un libro, me muero. Si no veo una exposición, me muero. Me muero sin la cultura. Me matan sin la cultura. Me callan sin la cultura. Me callan con los deportes. Me embalsaman con un pisito. Me embalsaman con el colegio privado. Me embalsaman con las relaciones sociales. Y al final, me embalsaman con lo que me gano, pero, no, con lo que me merezco. Adios cultura. Adios criterio. Bienvenido don Dinero.
8 comentarios:
Malditas voces...
Y la luz también.
Siempre te quedará el sueño.
Besos.
Esos labios hambrientos, pedían más.
Lástima que las sombras viniesen a empañar ese pasional instante. Cachis!
Besos, Ana.
Lastima de las sombras...tenia muy buena pinta la situación...
Todo un cúmulo de sensaciones...
Besitos mediterráneos.
Ana, genial ese amante furtivo, tonto él por huir. Es un relato muy excitante y misterioso, como es la vida muchas veces.
Me ha encantado como lo has mostrado y el final a imaginar.
Bessets.
Ainssss el mar y un amante...Aunque sea en sueños...
Besos desde el aire
Amores fugaces, deseos, sueños vividos a la orilla del mar...cuántos recuerdos!
Me ha gustado mucho!
Besos!
Qué pasión más breve y misteriosa. Tan sensual como atractivo es tu relato: las palabras y la fotografía.
Menos mal que quedan los sueños para saldar deudas.
Un beso.
Todo aderezado con salitre, tamizado con sol y aromatizado con azul marino. Esas sensaciones hay que vivirlas. Y si nos posible, te queda la literatura como mal menor.
Felicidades
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